martes, 10 de enero de 2012

Mi pequeña radio

Cuando se producen los amaneceres que avisan de un nuevo día que vivir, tanteo en mi mesilla de noche. Busco el botón de mi querida y pequeña radio. Va conmigo a todas partes. Forma parte de mi vida y me resultaría difícil prescindir de ella. Me he comprado una nueva. No tenía otra alternativa. Observo con ternura, la que ha permanecido durante mucho tiempo a mi lado. Está gastada y cansada. Han sido muchos despertares a tempranas horas. También ha trasnochado lo suyo. Incluso muchas de las veces, se ha tenido que despertar de madrugada. La más fiel compañera. A mi lado siempre. No protestaba cuando le decía: "cuéntame cosas". Últimamente se lo pedía con miedo y en voz baja. A medida que me hablaba, si las noticias que me transmitía eran buenas y agradables, le suplicaba que elevase un poco la voz. De no ser así, la mandaba callar. Unos días suscitaba llanto. Otros, hacía brotar la sonrisa.
¡ Mi querida y pequeña radio ! Voy a comprarte un estuche de terciopelo, para que descanses y te sientas arropada.